3/3/14

El cielo es negro y el amor imaginario

Estoy sentada en una cama de París. Desde la ventana veo la ciudad, y hay un sol post-lluvia que  agoniza. El cielo es negro y eso me hace feliz.

Ultimamente le pregunto a todo el mundo que me encuentro, si ellos también se enamoran de muchas personas a la vez, como si tuvieran dentro una maquina de amar incansable.
Y hablo de amor, de endorfinas por las venas y de suspirar cuando te miran.



Es algo que tengo dentro y no puedo parar, es como un booooom mental incontrolable, y es que a veces siento que veo a las personas y no hablo de mirarlas, hablo de verlas, y verlo todo, sus debilidades, lo que están pensando, las palabras que dicen bajito y no se entienden. El vello en el brazo, las pecas en la nuca, el olor en la ropa, las orejas pequeñas. Antebrazo y cejas. Su soledad y sus anhelos, sus miedos, sus pasiones, un todo descarnado que me conmueve, y les hace irresistibles.

Entonces me enamoro y quiero volverme un taza de té caliente y abrazarles por dentro.
Quiero besarles, en la frente, en la boca o detrás de las orejas. Un beso de mentiras, uno mental, como cuando abrazo a los perros en mi cabeza.

(mi cabeza)



Durante mi enamoramiento solo veo besos y caricias por todos sitios, en el metro, en las puertas, en las escaleras, en los rincones y en las cocinas y el mundo se vuelve una espiral incontrolable de anhelar y besar y jugar y fantasear y olvidar.



Cuando le pregunto a la gente si ellos se enamoran continuamente y me dicen que no y me miran raro yo me pongo un poco triste, porque pienso que la vida es demasiado corta para no gastarla viviendo amores imaginarios.